Voy ha «demostrar» que toda mentira, por muy elaborada que sea, puede ser descubierta. Para ello echare mano de una herramienta conocida como Reducción al absurdo, se trata de un método de demostración que se usa principalmente en las matemáticas (a menudo usado por Aristóteles como un argumento lógico) en el que asumimos una hipótesis y tras desarrollarla obtenemos un resultado absurdo, por lo que concluimos que la hipótesis de partida ha de ser falsa.
En la vida, para descubrir una mentira se utilizaría de la siguiente forma:
Suponemos que partimos de una «historia» de la cual desconocemos su veracidad, pero que no nos hule a limpia precisamente. Por lo que decidimos indagar. Tarde o temprano acabaremos hallando una incoherencia fácilmente visible o una pequeña incoherencia que hará que el resto empiece a carecer de un sentido lógico. Una vez conozcamos algo de la «historia» que no se integra con el resto de la misma, habremos demostrado que dicha premisa o hipótesis carezca de veracidad. Algo a remarcar es que siempre, siempre, siempre, por muy elaborada que sea la mentira, acabaremos encontrando una incoherencia; por el simple hecho de que es una mentira, si no hubiese una incoherencia no se trataría de una mentira.
Ejemplo: Un individuo fué a presenciar un partido de fútbol, pero asegura no haber estado en dicho partido. Nadie más lo sabia y nadie lo vió. Pero en una aireada conversación con los amigos comenta insignificantes detalles del partido que no podian apreciase si no se encontraba en el estadio. Para alguién que quisiese demostrar su «culpabilidad» lo podría hacer ya que posee unos conocimientos que solo pueden explicarse si la «historia» es falsa, hemos hayado una incoherencia.